Ropa cómoda, bañador y camiseta del club a la mochila, ilusión, nervios y prisas de última hora… el día había llegado, comenzaba Rugby Rugby Camp 2016.
En un parpadeo nos habíamos despedido de papá y mamá, habíamos guardado el equipaje y nos encontrábamos sentados junto a nuestro compañero de aventuras. Piernas impacientes, manos inquietas, miradas nerviosas… no importaba de donde vinieras o si conocías a la mayoría o no, había emoción en el ambiente y estábamos a punto de llegar. Y cuando por fin pudimos ver nuestro nuevo hogar, sentimos un cosquilleo mal disimulado que nos decía «este año va a ser especial» habíamos llegado a Rugby Rugby Camp.
Sin darnos cuenta y casi por arte de magia ya teníamos un balón en las manos, los entrenamientos habían dado comienzo y la diversión había llegado para quedarse.
Talento, ganas, amistad… nuestros campeones ya nos tenían acostumbrados a todo eso, pero este año había algo que no pasaba desapercibido, las ganas de pasarlo bien y de vivir a tope el campamento eran ineludibles… así que hicimos lo propio y nos lanzamos de perdidos al río.
Y una vez que habían empezado a chapotear a ver quién era el guapo que les decía que parasen… ¡suerte que contábamos con piscina!
Después de tanta actividad teníamos que recuperar fuerzas, poníamos rumbo al comedor donde nuestros campeones se ponían las botas con platos 100% caseros. Solo teníamos una norma: «La comida no se tiraba» ¡así que más nos valía no llenar el ojo antes que la barriga!
Aprovechábamos las horas de calor para hacer talleres muy especiales:
¡Qué buena tarde tuvimos con el taller de rugby chapas! Por no hablar de la Master Class de fotografía impartida por el gran Juan Carlos Ogazón.
Pero no seríamos un buen campamento de verano sin la playa ¿Verdad? Teníamos muchas ganas de contar con esta posibilidad y por fin este año la pudimos incluir. Hoy podemos decir con toda seguridad que ha sido un éxito rotundo. Disfrutamos de deportes varios, tuvimos el privilegio de entrenar a orillas del mar, y la gran novedad de este año, el Surf.
Cada día contábamos con nuevas actividades y nuevas sorpresas, el objetivo como siempre era pasarlo en grande; nos montamos nuestro propio Cine-Rugby, navegamos por el mar, recibimos regalos y diplomas, y visitamos lugares maravillosos.
(Podéis ver todas las fotos en nuestra página de facebook y en nuestro grupo)
Y así, como si de una broma del calendario se tratara, el último día llegó y con él las despedidas, las recogidas, los sentimientos encontrados… Con mil y una experiencias y con muchos más amigos volvimos a casa, recordando todos los grandes momentos que habían hecho de este campamento una experiencia única.
Así Rugby Rugby Camp cierra sus puertas un año más, con el corazón lleno de nombres y los ojos fijos en la próxima aventura.
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